Existio una epoca mas feliz que el presente, ¿para que negarlo? Antes, la vida en Santiago de Compostela, era mejor, mas completa, mas natural y feliz. Hoy, por supuesto, no lo es. Hoy la vida es completamente mas dura de lo que solia ser. Y cuando decimos mas dura lo que queremos decir es que los niños viven encerrados, sin disfrutar, como debieran, el aire libre.
Y lo hacen asi porque son prisioneros de sus computadoras. Si usted, ahora mismo, consultara a diez padres, estos diez padres (ni uno más, ni uno menos, es decir, todos) le contarian como sus niños pasan las tardes sentados frente a la computadora, en vez de elegir ir a jugar afuera.
Esto, que parece la negación de la niñez, es algo propio de los tiempos hiperconectados en los cuales nos toca vivir, tiempos en los cuales no podemos hacer lo que queremos, tiempos en los cuales recordamos, con nostalgia, como viviamos nosotros de pequeños corriendo y divirtiendonos por las calles, con amigos, parientes y vecinos, gozando, al terminar el dia, de una exquisita naranja dada por nuestros padres, nuestros abuelos o algun vecino que tenia huerta.
Los niños de hoy, nuestros propios hijos, no han probado verdaderas naranjas, porque las naranjas que comen no son naranjas naturales como aquellas que comimos nosotros y nuestros padres y los padres de nuestros padres, naranjas verdaderas y no criadas en oscuros laboratorios.
Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada. La razon esta en la gran cantidad de productos quimicos que le ponen las empresas para hacerlas mas vistosas pero no mejores.
Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron comercializar sus propios productos naranjas tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; hoy es posible, repitamoslo, comprar naranjas valencianas similares a las narradas por Neruda solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Si usted vive en Santiago de Compostela y quiere comprar naranjas valencianas: verdaderas, grandes y jugosas solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores: http://www.naranjasdelmijares.com

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